Busto ubicado en el parque que lleva su nombre. Salida hacia el Departamento del Valle.
LA LEYENDA DEL CACIQUE CALARCA
Este personaje de gran astucia y dominio era El Cacique Calarcá, jefe de la tribu de los “Pijaos”. Aguerrida tribu indígena que ocupaba la Cordillera Central de los Andes entre los nevados del Huila, del Quindío y del Tolima el alto Magdalena y el oriente del valle del Cauca, en la actual Colombia. No residían en poblados, sus bohíos eran apartados unos de otros. Peñas blancas se ha convertido en un referente de identidad para los Quindianos, pues evoca el recuerdo legendario de un cacique indígena que le dio el nombre a la segunda ciudad más importante del Quindío y en torno a quien se han tejido varias historias sobre las supuestas riquezas por él guardadas en el interior de los socavones. Los relatos, cargados de fantasía y motivados por la ambición de muchos guaqueros, convirtieron a “Peñas Blancas” en un polo de atracción de aventureros. La historia habla de Combeima, cacique de los Coyaimas y Natagaimas y bautizado posteriormente como Baltasar. Aliado de los españoles, llegó a casarse y tener descendencia con la hija de uno de ellos, lo que motivó a Calarcá a cobrar la ofensa por mezclar la sangre indígena con la de los invasores. De hecho su hijo fue raptado, devorado y sus huesos fueron devueltos a su padre tres días después. Combeima (o Baltasar) preparó su venganza con el presidente del Nuevo Reino de Granada, don Juan de Borja. Con una lanza el cacique asesinó a Calarcá, dispersando al pueblo Pijao y facilitando su sometimiento al gobierno español. Otros relatos del Quindío y el Tolima también relatan que Calarcá concibió una hija llamada Guaicamarintia quien se convirtió en cacica de los pijaos a la muerte de su padre y se casó posteriormente con un cacique quimbaya, quien la llenó de riquezas y aniquiló el carácter belicoso y altivo de los pijaos. Sin embargo, éstos nunca fueron dominados completamente por los españoles. También se cuenta que, al morir Calarcá, su hija ordenó enterrarlo en una sepultura entre las rocas del monte y allí lo dejó con todos sus tesoros.
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